PENSAR PARA COMPRENDER: el papel del pensamiento en la comprensión lectora
Durante años nos enseñaron que para comprender mejor un texto había que leer más, subrayar, repetir, o hacer resúmenes. Pero la evidencia reciente nos dice algo distinto: la comprensión lectora no mejora repitiendo la lectura, sino mejorando la calidad del pensamiento que ocurre mientras leemos
10/24/20253 min read


A muchos de nosotros nos enseñaron que para comprender mejor un texto bastaba con leerlo varias veces, subrayar las ideas importantes o hacer resúmenes.
Y sí, eso puede ayudar un poco. Pero si lo has intentado y sigues sintiendo que “no te queda nada”, no estás solo.
La ciencia ya lo sabe: no se trata solo de leer más, sino de pensar mejor mientras leemos.
Leer es mucho más que pasar los ojos por las palabras
Cuando leemos, no solo usamos los ojos o la voz interior: usamos todo el cerebro.
La lectura activa procesos mentales como la atención, la memoria, la comparación, la planificación, la inferencia y la autorregulación.
Si alguno de esos procesos no está bien entrenado -por ejemplo, si cuesta mantener la atención o recordar lo que acabas de leer-, el texto se vuelve confuso o agotador, aunque conozcas todas las palabras.
Por eso, en muchos adultos con dislexia (y también en otros con estilos de pensamiento diferentes), las dificultades lectoras no son solo de lectura, sino también de pensamiento.
Lo que muestran las investigaciones
Los estudios más recientes en psicología cognitiva y neuro educación coinciden: para comprender bien un texto, necesitamos poner en marcha una serie de habilidades de pensamiento.
Algunas de las más importantes son, por ejemplo, la capacidad de:
Observar con atención que te ayuda a distinguir lo importante de lo accesorio.
Comparar y relacionar que te permite conectar ideas y ver cómo encajan entre sí.
Organizar y clasificar que te facilita armar un mapa mental del texto.
Inferir y sintetizar que te ayuda a leer entre líneas y captar el sentido global.
Reflexionar (metacognición) que te permite darte cuenta de cuándo entiendes y cuándo no.
La buena noticia es que todas estas habilidades pueden entrenarse, incluso en la adultez.
La evidencia está mostrando que trabajar en los procesos cognitivos mejora la comprensión más que repetir o subrayar sin intención.
Por qué las técnicas tradicionales se quedan cortas
Cuando no hay una base sólida de pensamiento, las estrategias de siempre -subrayar, releer, resumir- se vuelven mecánicas:
Subrayamos todo, porque todo parece importante.
Leemos varias veces, pero sin entender más.
Hacemos resúmenes que no logran ordenar las ideas.
No es falta de esfuerzo ni de inteligencia: es que nadie nos enseñó cómo puede “trabajar” mejor una mente que comprende.
Entrenar la mente para comprender
Un lector eficiente no es quien lee rápido, sino quien piensa mientras lee.
Al entrenar habilidades como observar con intención, comparar, organizar e inferir, la lectura se transforma: deja de ser una carrera agotadora y se convierte en un proceso claro, ordenado y hasta placentero.
Y sí, incluso si la dislexia te ha hecho sentir que leer “nunca será tu fuerte”, tu mente puede aprender nuevas rutas.
El cerebro adulto conserva la capacidad de cambiar, reorganizarse y crear nuevas conexiones.
Se llama neuro plasticidad, y funciona mejor cuando hay práctica guiada, reflexión y acompañamiento.
Cambiar el enfoque: de leer más a pensar mejor
Entrenar el pensamiento no sustituye la práctica lectora: la potencia.
Porque cuando aprendes cómo funciona tu mente, las estrategias tradicionales (subrayar, resumir, volver a leer) dejan de ser tareas mecánicas y se convierten en herramientas conscientes.
Ya no lees “por obligación”, sino para entender, conectar y disfrutar.
En resumen
El verdadero cambio sucede cuando dejamos de hacer un sobre esfuerzo con las mismas técnicas de lectura y empezamos a entrenar la mente que lee.
Ahí es cuando la comprensión mejora, la frustración baja y la confianza crece.
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Porque tu forma de pensar también puede entrenarse, y eso cambia para siempre la manera en que lees, aprendes y entiendes.
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